Te enseñamos cómo calentar la leche materna

La leche materna refrigerada y congelada se puede calentar de forma segura en agua tibia. Pero existen otras alternativas que debes conocer para usarlas de manera adecuada.
Te enseñamos cómo calentar la leche materna
María José Martínez

Revisado y aprobado por la pediatra María José Martínez.

Última actualización: 08 mayo, 2024

Es habitual que las madres que optan por almacenar la leche materna se pregunten cómo calentar esta sustancia de manera segura y efectiva sin comprometer sus valiosas propiedades. Mantener los nutrientes y la protección que brinda este alimento es una de las principales preocupaciones de las mamás que desean asegurar el bienestar de sus hijos.

Existen métodos confiables para calentar la leche materna, los cuales aseguran que mantenga sus nutrientes esenciales y su capacidad para fortalecer el sistema inmunológico del bebé. Exploremos juntos las diferentes alternativas y qué debes tener en cuenta en cada caso.

La importancia de calentar bien la leche materna

Saber cómo calentar la leche materna de manera adecuada es crucial para mantener su calidad nutricional y sus propiedades inmunológicas. Esta sustancia es un fluido vivo que contiene una variedad de nutrientes esenciales y componentes protectores, como anticuerpos, células inmunológicas y factores de crecimiento.

Al manipularla, es fundamental preservar estas características para que el bebé reciba todos los beneficios. Calentar la leche materna de manera inadecuada puede afectar sus propiedades. Llevarla a temperaturas superiores a los 65 °C, por ejemplo, puede provocar la destrucción de componentes inmunológicos importantes. De todos modos, si sucede, el bebé puede tomarla una vez que se enfríe.

Almacenar y calentar la leche materna de manera adecuada es fundamental para mantener sus valiosas propiedades nutricionales e inmunológicas.

Una de las ventajas de calentar la leche materna es mejorar su consistencia después de almacenarla, ya que cuando se refrigera o congela, la grasa tiende a separarse, lo que puede alterar su textura original. Al darle calor o llevarla a temperatura ambiente, se facilita la mezcla de todas las fases, así que se restaura su consistencia natural.

Calentar la leche materna antes de dársela al bebé es una cuestión de preferencias y una elección personal. De todos modos, puede ayudar a crear una experiencia más reconfortante para el bebé. Muchos pequeños prefieren tomar el líquido tibio, ya que es similar a la temperatura a la que están acostumbrados cuando maman del pecho de su mamá.



1. Calentar la leche materna a baño de María

El método del baño de María es una de las formas más sencillas, seguras y efectivas de calentar o descongelar la leche materna. Esta técnica, que ha sido utilizada durante generaciones, ofrece un proceso suave y un calentamiento uniforme que preserva los valiosos nutrientes y propiedades inmunológicas de este fluido.

El baño de María consiste en colocar el recipiente con la leche materna dentro de otro recipiente más grande con agua caliente.

Estos son los pasos para calentar la leche materna a baño de María:

  1. Calienta agua sin que llegue a hervir.
  2. Retira el agua caliente del fuego y colócala en un recipiente profundo.
  3. Introduce el biberón o la bolsa que contiene la leche materna dentro del recipiente con agua.
  4. Asegúrate de que el agua no entre en contacto directo con la leche, para evitar contaminaciones y mantener la integridad de la leche. Lo ideal es calentarla en un recipiente hermético y esterilizado.
  5. Con las manos limpias, vierte la leche materna en un biberón o, si ya está en dicho recipiente, enrosca la tetina.

El tiempo necesario para que la leche alcance la temperatura deseada dependerá de si estaba refrigerada o congelada. En general, al sacarla de la nevera solo son necesarios 1 o 2 minutos en el baño de María para alcanzar alrededor de 28° C, un calor suficiente para que el fluido quede tibio y no queme al bebé.

2. Templar la leche materna debajo del grifo de agua caliente

Calentar la leche materna bajo el grifo de agua caliente es una opción conveniente para atemperarla de manera rápida, sobre todo cuando está refrigerada. Sin embargo, este método es poco ecológico, pues implica un gran desperdicio de agua.

El procedimiento es sencillo: cosiste en sostener la bolsa o el biberón sellados bajo el chorro de agua caliente del grifo. Esto ayudará a entibiar la leche de manera gradual hasta lograr la temperatura deseada para la alimentación del bebé.

Es importante tener cuidado para evitar quemaduras en la mano mientras se sostiene el recipiente bajo el agua caliente.

Aunque esta alternativa puede ser rápida y práctica para calentar la leche materna refrigerada, no es la opción más adecuada cuando está congelada. En este caso, el proceso puede llevar más tiempo, resultar menos eficiente y malgastar mucha agua.

3. Usar calientabiberones

El uso de calientabiberones es una opción popular para calentar la leche materna de manera segura y eficiente. Se trata de dispositivos diseñados para proporcionar un calentamiento uniforme y controlado, lo que ayuda a preservar los valiosos nutrientes y a minimizar el riesgo de quemaduras al bebé.

Para utilizarlos, es importante tener en cuenta algunos aspectos claves. En primer lugar, la leche materna debe estar envasada en una botella. Como el nombre lo indica, la mayoría de los calientabiberones están diseñados para calentar biberones. Si utilizas bolsas para almacenamiento, es necesario transferir el líquido a uno antes de usar el artefacto.

La capacidad de controlar la temperatura de calentamiento es una de las grandes ventajas de estos aparatos. De esta manera, se evita el sobrecalentamiento que podría destruir los nutrientes esenciales de la leche materna.

Sin embargo, algunos estudios han demostrado que ciertos calientabiberones pueden elevar la temperatura de la leche por encima de los niveles recomendados, lo que podría afectar su valor nutricional. Lo ideal es optar por un dispositivo que permita controlar los grados o utilizar un termómetro.

Su uso es muy sencillo. Consiste en colocar el biberón en el área de calentamiento y seguir las instrucciones proporcionadas por el fabricante. La mayoría tardan unos minutos en alcanzar la temperatura deseada y se apagan de manera automática. De todos modos, para evitar sobrecalentamientos, es aconsejable vigilar el proceso y desconectar el aparato una vez que la leche esté lista.

4. Dejar que la leche materna se atempere sola

¿Cómo puedes calentar la leche materna cuando no tienes con qué hacerlo? La respuesta es bastante simple: dejándola que se atempere sola.

Este método consiste en sacar el recipiente de leche del refrigerador y permitir que alcance la temperatura ambiente por sí sola antes de ofrecérsela al bebé. No se requiere ningún equipo adicional ni se desperdician recursos para calentar el líquido.

Es importante tener en cuenta que el tiempo necesario para que la leche alcance la temperatura ambiente puede variar según las condiciones climáticas y la cantidad de leche refrigerada. En climas normales, este proceso suele tardar unos minutos, pero cuando hace mucho frío, puede tardar más.

Dicha opción puede no ser adecuada si necesitas calentar la leche de manera rápida. El proceso de atemperar de manera natural puede llevar más tiempo que otros métodos de calentamiento activo.

Deberás anticiparte y retirar la leche un tiempo antes para que, cuando la necesites usar, esté lista. En cualquier caso, no debes dejarla fuera del refrigerador por más de una hora.

Además, si eliges templar la leche de manera natural, es importante que cuides las condiciones de higiene y seguridad alimentaria. Dejar la leche a temperatura ambiente, sobre todo en climas cálidos, puede aumentar el riesgo de contaminación bacteriana.

Otros consejos para almacenar y calentar la leche materna de manera adecuada

Aquí tienes algunos trucos para almacenar la leche materna y consejos adicionales para usarla y calentarla:

  • No recalientes la leche materna más de una vez.
  • Nunca mezcles leche materna fresca y congelada.
  • Evita calentar la leche materna sobre el fuego directo.
  • Limpia y desinfecta bien todos los equipos de extracción y biberones.
  • Nunca vuelvas a congelar la leche materna después de haberla descongelado.
  • Antes de extraer o manipular la leche materna, lávate bien las manos con agua y jabón.
  • Agita la leche antes de ofrecerla al bebé para que la temperatura y la textura sea uniforme.
  • Mantén los recipientes con leche materna tapados o las bolsas cerradas mientras esté afuera.
  • Si viajas, puedes conservar la leche en una hielera con bolsas de hielo durante un máximo de 24 horas.
  • Prueba la temperatura de la leche antes de darla al bebé, vertiendo un poco en la muñeca. Debe estar tibia, pero no caliente.
  • Etiqueta siempre la leche con la fecha en que fue extraída y utiliza primero la más antigua para mantener una rotación fresca.
  • Planifica almacenar la leche materna en porciones de 60 a 150 mililitros, dependiendo de la cantidad que tu bebé consuma en una sola toma.
  • Si es posible, prefiere usar leche materna refrigerada, ya que es más fresca y los nutrientes y anticuerpos estarán más actualizados a las necesidades de tu bebé.
  • Utiliza bolsas específicas para leche humana o recipientes de vidrio o plástico aptos para uso alimentario. Evita aquellos que contienen BPA.
  • Si tu bebé no ha terminado de comer después de dos horas, desecha la leche materna sobrante para evitar el riesgo de contaminación o deterioro.
  • Retira la leche del refrigerador en el momento en que la vas a utilizar. Si el producto está congelado debes dejarlo unas horas antes en el refrigerador para que se descongele.

Siguiendo estos consejos, podrás almacenar y calentar la leche materna de manera segura y efectiva para proporcionarle a tu bebé los nutrientes y la protección que necesita.

¿Se puede calentar la leche materna en el microondas?

Existe cierta controversia sobre si se puede calentar la leche materna en el microondas de manera segura y preservando sus nutrientes. Aunque puede ser una opción rápida y conveniente en situaciones de emergencia, muchos expertos desaconsejan este método debido a varios factores de riesgo.

Uno de los principales problemas asociados con el uso del microondas es que no calienta los alimentos de manera uniforme. Esto puede generar puntos calientes en la leche, lo que aumenta el riesgo de quemaduras al bebé si se consume sin mezclar de manera adecuada.

Además, el proceso de calentamiento en el microondas puede provocar una alteración química en los alimentos. Esto podría afectar la calidad nutricional y dañar los anticuerpos presentes en la leche materna.

De igual modo, existe el riesgo de que los recipientes utilizados para almacenar la leche materna liberen sustancias nocivas cuando se exponen al calor del microondas. Esto podría contaminar la leche y representar un riesgo para la salud del bebé.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades desaconsejan descongelar y calentar la leche materna en el microondas, ya que puede destruir sus nutrientes y crear puntos calientes que pueden quemar la boca del bebé.

Si de todos modos decides usar el microondas, utiliza recipientes adecuados y calienta de a pocos segundos por vez, controlando la temperatura. Es importante hacerlo con extrema precaución y mezclar bien la leche antes de ofrecérsela al bebé para garantizar un calor uniforme y evitar quemaduras.

Si solo cuentas con un microondas para calentar la leche, puedes usarlo para templar agua en un recipiente y luego sumergir el biberón allí. De esta manera, obtendrás el mismo efecto que el baño de María.



Una opción conveniente

Si sabes cómo calentar la leche materna de manera adecuada puedes preservar sus beneficios nutricionales y garantizar la seguridad de tu bebé. Elige el método que mejor se adapte a tus necesidades y circunstancias individuales teniendo los cuidados necesarios.

Valerte de estas técnicas sencillas para almacenar y calentar tu leche te ayudará a prolongar la nutrición de tu hijo con el mejor alimento que le puedes brindar.


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